Cuando comes cada tres o cinco horas de forma constante, esto incluye normalmente tres comidas y uno o dos tentempiés, proporcionas a tu cuerpo un combustible y una energía constantes, y evitas comer en exceso en momentos aleatorios cuando tienes hambre. Desde el desayuno hasta la cena.

Alimentar el cuerpo con un horario bastante regular tiene beneficios, por lo que eliminar las calorías de la mañana podría tener efectos negativos, como incitar a comer en exceso más tarde.

“La comida que hagas ahora puede evitar el atracón que tengas más tarde”. También hay que considerar que hay personas a las que no les da hambre por la mañana, sin embargo, hay otras que no desayunan y después acaban comiendo 3.000 calorías de comida chatarra más tarde.

Aunque hay pruebas de que desayunar sanamente ayuda a ciertas personas a mantener una cintura sana, algunos planes de adelgazamiento, especialmente los que se centran en el ayuno intermitente, aconsejan saltarse el tradicional desayuno.

Ciertamente, los seguidores de la popular dieta 16:8 suelen prescindir por completo de la comida matutina. La dieta 16:8 aconseja comer sólo durante un intervalo de ocho horas, y muchos optan por hacerlo entre las 12 y las 20 horas.

Sin embargo, es importante conocer a profundidad este estilo de alimentación, ya que después de un largo tiempo de ayuno, no puedes empezar tu alimentación con cualquier comida, eso podría invertir el beneficio del ayuno.

Investigaciones del desayuno

Hay algunas investigaciones prometedoras relacionadas con este tipo de dieta: puede ayudar a reducir el consumo general de calorías e incluso podría ayudar a impulsar la pérdida de peso para aquellos que han llegado a subir bastante.

De hecho, un estudio de febrero de 2018 publicado en el International Journal of Obesity encontró que alternar períodos de restricción calórica -que se puede lograr a través del ayuno- con períodos de equilibrio calórico, permitió a los sujetos lograr una mayor pérdida de peso y grasa.

A pesar de un puñado de resultados positivos, se necesita mucha más investigación para validar esta rutina alimentaria y aunque este tipo de dieta puede funcionar para algunas personas.

Te sugerimos hablar con un especialista en nutrición o con tu doctor de cabecera para saber si realmente este tipo de dieta es para ti, ya que puede ser peligroso para algunas personas.

Por ejemplo, si estás embarazada, amamantando o tienes diabetes o hipoglucemia, esta no es la dieta correcta. Además, si tienes un historial de desórdenes alimenticios, no es aconsejable este estilo de alimentación, ya que tiene un carácter muy restrictivo y puede llevar a comer en exceso o a darse atracones.

Entonces, ¿qué debo desayunar?

Desayunar puede ser bueno, sobre todo si contiene los ingredientes adecuados que, por cierto, no suelen encontrarse en los cereales convencionales.

Un desayuno saludable debe incluir una proteína magra (huevo, jamón, queso o un yogur griego). Fruta o verduras, grasa saludable (aguacate o mantequilla de nueces) y granos enteros.

Este combo de nutrientes ayuda a mantenerte saciado durante las pocas horas que quedan hasta la siguiente hora de comer.

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